Fandemonium 2018

Fandemonium 2018

15.11.2018
La Boite (Madrid)
Fotos: Aldara ZN

No es hasta que llega el frío a la capital, cuando las capuchas pasan desapercibidas y los abrigos pueden esconder objetos útiles, cuando la editorial La Felguera organiza un festival a su medida y a la de sus agentes provocadores.

La segunda edición de Fandemonium se ha celebrado a lo largo de una semana y ha albergado todo tipo de eventos, repartidos por varios rincones de Madrid: conferencias sobre magia, performances inmersivas, rutas guiadas o debates entre músicos y científicos; han tenido lugar en librerías, sótanos y cementerios.

Lxs agentes, que también pertenecemos a Rockodrome, hemos estado en varias de estas citas: la visita al pequeño museo Torres Quevedo, inventor del primer mando a distancia y autómatas ajedrecistas; la apasionante ruta por el Useras rebelde, de la mano de Héctor Melchor (Sudor); y el punto álgido del festival que supuso La noche de Fandemonium.

En la céntrica sala La Boite se celebró el único evento de pago del festival. La noche de Fandemonium no podría ser otra cosa que un gabinete de curiosidades seleccionado por La Felguera. Aquí la normalidad no tiene cabida y tampoco se la echa en falta. La encargada de conducir la noche es Laura Inclán, una irreverente cupletista, que con humor interpreta unos cuantos cuplés para alguna víctima que sube al escenario y lxs, sorprendentemente, numerosxs fans del género que había en la sala. ¿Puede ser el sucesor del trap? Este agente no iba a revelar el soplo recibido pero, como Laura Inclán no tuvo inconveniente en anunciarlo, puede que el cuplé se convierta en la próxima moda a raíz del libro sobre cupletistas que publicará el año que viene La Felguera.

Tras ella, es el momento de Raúl y Jaime Figueroa. Jaime es un ventrílocuo y cómico. Raúl, su hermano gemelo, es una marioneta de tamaño natural con tendencia al alcoholismo. Su espectáculo es un crucero decadente, valga la redundancia, que rápidamente conectó con un público que se divirtió y entró en el juego como si volvieran a la infancia.

Después suben al escenario Los Caballos de Düsseldorf, encarnadxs para la ocasión en Llanto Cacofónico del Demonium, un duo solo tolerable para amantes del noise y la experimentación. Perfecto para la noche de hoy. Entre sus manos tienen multitud de instrumentos caseros, los cuales son exprimidos para recorrer todas sus texturas hasta llegar a momentos verdaderamente interesantes y potentes.

Para cerrar la noche, Javier Díez Ena junto a su inseparable theremín ponen música a “El anillo que mata”, uno de los episodios de Les Vampires. El sonido del theremín se adapta como un guante a la textura de las imágenes rodadas en 1915. Lo mismo sucede con la interpretación de Javier, cuya música se integra en la historia, distando notablemente de lo que hemos podido ver en anteriores conciertos suyos. Nunca deja de sorprender la complejidad de los sonidos que producen y más cuando se han compuesto para una ocasión posiblemente irrepetible.

Vodun + Mirloblanco + Otus | 24.10.2018, Madrid

Vodun + Mirloblanco + Otus
24.10.2018 – Wurlitzer Ballroom (Madrid)
Fotos: Aldara ZN

Volvemos una noche más al Wurlitzer, esta vez a celebrar junto al programa Bandera Negra el inicio de su nueva temporada en Radio3. Para ello, y de la mano de Nooirax, tendremos sobre el escenario a Otus, Mirloblanco y Vodun.

Para ir calentando los oídos, sube al escenario Otus acompañado únicamente por su guitarra acústica, la pedalera de loops e incienso. Otus es el proyecto en solitario de Juan, cantante y guitarrista de Aathma, cuyo sonido es totalmente complementario al de su banda. Para reproducir el sonido de su primer disco “Death Throes” se ayuda de los ya habituales loops en directo, con los que convierte el sonido de su guitarra o su voz en coros, drones y hasta en canto difónico. Con todos estos ingredientes, sumados al silencio del público, Otus consiguió llegar a la profunda atmósfera necesaria para que funcione su oscuro folk.

Nuestro descubrimiento de la noche son Mirloblanco con su potente y sudorosa stonerización de Black Sabbath, en la que destaca el estilo del bajista. Tanta era la potencia que los plomos de Wurlitzer saltaron, dejándonos a oscuras y con las ganas de más riffs. El tiempo de Mirloblanco quedó acortado y solo tuvieron tiempo para tocar un último tema y despedirse.

Durante la hora que duró el apagón, mientras la buena gente del Wurli y el guitarrista de Vodun arreglaban el cortocircuito, se formaron corrillos para hablar, entre otras cosas, de apropiación cultural. Es broma, esto es la vida real, no Twitter. La vuelta de la energía a la sala, acompañada de una ovación, permitió que Vodun pudieran descargar su propia energía sobre el escenario. Pese al peso y lo original de su parte vocal, es destacable la labor de la batería y la importancia que tiene el ritmo en Vodun. Ritmos que eran reforzados con la percusión de la cantante e incluso en un tema se unieron el batería y bajista de Mirloblanco. Sobre el único guitarrista recae toda la carga de los riffs, los cuales son todavía más carismáticos en los temas de su segundo y reciente trabajo “Ascend”.

Al final, ni la interrupción pudo evitar el pedazo de bolo que se marcaron Vodun. Su potencial para llegar a un público más amplio es obvio, ya les pudimos ver en el Hellfest delante de bastante más audiencia, esperemos que solo sea cuestión de tiempo ocupar el lugar que se merecen.

VODUN

MIRLOBLANCO

OTUS

Shirley Davis & The Silverbacks - Lofuki 2018

Lofuki Festival 2018

01.09.2018
Parque Liana (Móstoles)
Redactor: R13
Fotógrafa: Aldara ZN

La primera edición del festival Lofuki nos permitió disfrutar en unas pocas horas de un amplio espectro de la música negra. Hasta el Parque Liana de Móstoles se acercó poco a poco, según permitía el sol, un aún mayor espectro de personas con ganas de disfrutar del suculento cartel.

Tras una breve pinchada de Sholo Truth, los miembros de Ogun Afrobeat salieron a enfrentarse al mismo sol que mantiene al todavía escaso público que se refugiaba a la sombra de los árboles. Las voces y ritmos tradicionales se fundieron con un variopinto grupo de músicos que aportaron un sonido más funky.

La siguiente banda es Shirley Davis & The Silverbacks con su soul que conecta Londres y Madrid. Con Shirley empieza el progresivo viraje del festival hacia la hegemonía de la voz frente a los instrumentos. El parque empieza a recibir a más gente y algunas acaban bailando sobre el escenario al ritmo la banda. Con Bloody Blanco avanzamos un paso más hacia el rap con el que acabará noche. Se reduce el número de instrumentos y además de la voz de Miryam Latrece, por turnos, se escuchan los primeros raps de la tarde. Ergo Pro es el encargado de romper el hielo y, tras él, el gran Aaron Baliti no tarda en tomar las riendas del. Una lástima la cancelación de la participación de Elphomega que fue sustituido por Duddi Wallace.

Para los dos últimos shows ya no queda ningún instrumento sobre el escenario. El de Organic Name, es el concierto más flojo del día. Mostraron dificultades para llevar al directo su trabajo de estudio, fallos que les hicieron llegar a empezar hasta tres veces la misma canción. Lo nunca visto. La tarea de cerrar la noche en alto estaba en las manos de MDE Click. Lo consiguieron, a juzgar por la respuesta del público, a costa de dejarse la voz. Terminaron de romperlo dejando para el final el banger “El lehendakari”.

MDE Click

 

Organic Name

 

Bloody Blanco

 

Shirley Davis & The Silverbacks

 

Ogun Afrobeat

 

Frank Carter

Resurrection Fest 2018

Resurrection Fest 2018
11-14.07.2018 – Viveiro, Lugo
Texto: R13
Fotos: Aldara ZN

En el último momento, más tarde se confirmaría como una jugada maestra, el equipo de Rockodrome al completo vendimos nuestros abonos del Mad Cool e improvisamos una nueva visita al Resurrection Fest. A continuación, os contamos la experiencia desde nuestro punto de vista.

Miércoles 11

Gracias a un concienzudo control de la Guardia Civil, llegamos justitxs para escuchar la intro de Riot Propaganda. Tras ella, una de las últimas oportunidades que tendremos para ver a la banda ya en plena cuenta atrás hacia su desaparición. Gracias al buen sonido de lo que durante el festival será el Ritual Stage y a la compenetración que les ha proporcionado la extensa gira de presentación de “Agenda oculta” podemos disfrutar de su pulido espectáculo tanto a nivel sonoro como estético. Durante este tiempo, la realidad les ha hecho tener que volver a actualizar la letra de “Guerras púnicas” y sus referencias a Rita Barberá y Cristina Cifuentes. Entre canción y canción de sus dos trabajos, siempre sacan tiempo para el karaoke punk. En está ocasión dos temas de Eskorbuto y la habitual “Mano de hierro, guante de seda” de Habeas Corpus, que tras dos años de su separación empiezan a sonar a clásicos de nuestro punk. Se suceden los primeros circle pits y walls of death del festival, Nega pide que haya respeto y buen rollo, M.A.R.S. le contesta con sorna que “esta gente ha venido a ver a Scorpions”. No será la última broma del festival a costa de los grupos más veteranos. El concierto acaba como ya es tradición entre gritos de “UPyD! UPyD!”, no podría ser de otra forma en la jornada más gamberra y politizada del festival.

Riot Propaganda

Precisamente en ese sentido es el turno de Jello Biafra and the Guantanamo School of Medicine. Con look soviético sale la leyenda del punk al escenario acompañada de su histrionismo y voz temblorosa. Tras un inicio poco convincente, el show se va convirtiendo en uno de los mejores y más divertidos del festival. Y no solo gracias a los clásicos de Dead Kennedys como “Too Drunk to Fuck”, “California Uber Alles”, “Police Truck” o “Holiday In Cambodia”. Funcionan muy bien los temas de su banda actual como “Three Strikes”. Jello Biafra también actualiza sus letras y “Nazi Punks Fuck Off” se convierte en “Nazi Trumps Fuck Off”. Ilustrando esta aversión podemos ver su camiseta en la que pone “Trump hates me” y uno de los gestos más anti-Trump que se pueden hacer: hablar en español con el público. Algo que veremos a lo largo del festival por parte de más grupos venidos de U.S.A.

De nuevo, cambiamos de grupo con un empalme conceptual, el que proporciona el rechazo a Donald Trump. Son las palabras de este, ralentizadas, las que forman parte de la intro “I Know Words” y “Twilight Zone” los primeros temas de la noche de Ministry. Contundente concierto, de los que más gustaron al personal, que se centró demasiado en su último disco “AmeriKKKant”, uno de los más lúcidos de su última etapa y de mensaje muy necesario. Para la traca final dejaron el sonido que más me gusta de Ministry, el de los clásicos “Just One Fix”, “N.W.O.”, “Thieves” y “So What”. Como Jello Biafra, Al Jourgensen procuraba comunicarse en español, al igual que lo haría más tarde Sen Dog de Powerflo. A estos los veríamos ya con menos atención, dándonos por satisfechxs con la fiesta de presentación y el día.

Jueves 12

Este año el plan es tomárselo con calma. Estamos mayores y aunque fieles del Resu desde que era un pequeño festival en la otra orilla de la ría, nos habíamos ausentado en las dos últimas ediciones. No dan mucha pereza los mogollones, eso nos hizo vender las entradas del Mad Cool por mucho Nine Inch Nails que valga. Pero gracias a la coincidencia en el mismo fin de semana de ambos festivales, más Iron Maiden y sin contar la mierda del BBK, no sufrimos la temida hellfestización. En ese aspecto, otro año más que estamos de lujo, pudiendo ver los grupos desde donde nos apeteciera. Si a esto le sumamos las comilonas en los restaurantes que más nos gustan del pueblo (no hacemos una guía para que no nos los llenéis) y uno de los años con mejor clima, como os decíamos al principio: triunfada de festival. Venga, y ahora hablemos de música.

Llegamos a tiempo para ver parte del concierto de Agoraphobia y comprobar el sonidazo que será una constante en el Desert Stage. El mejor escenario en ese aspecto, así que encantados pues es donde están los grupos que más nos interesan del festival. Tras ellas, nos acercamos a ver por segunda vez en dos semanas a Get The Shot. Desde luego, están dándolo todo para ascender en la escena hardcore y no lo digo solo por la costumbre de su cantante de caminar sobre el público.

Aathma

Volvemos al Desert Stage, el ya clásico escenario contenedor de stoner-sludge-doom como nosotrxs, para ver a nuestros queridos Aathma. Dieron un serio y potente concierto pese a la poca gente congregada y que se disfrutan mejor a oscuras que a plena luz del día. Tras ellos. es la hora de Rolo Tomassi. Perfección absoluta. Me consta que ganaron varixs nuevxs seguidorxs en este concierto. Arrancaron tocando tal cual su último disco “Time Will Die and Love Will Bury It”, una buena manera de introducir progresiva su sonido que mezcla suavidad y brutalidad sobre una estructura matemática. Después de lxs de Sheffield tocaban Stick To Your Guns, unos de nuestros favoritos, lástima que fuera uno de los shows que peor sonaron del Chaos Stage, podía haber sido mítico.

Rolo Tomassi

Hora de cenar y sacrificar sin ninguna pena a Stone Sour o Cancer Bats, no como a Cuchillo de fuego esa misma mañana. Qué underground somos eh. Por mí el día ya está hecho, pero me quedo todavía para ver a Wolves In The Throne Room, que tardarían unas cuantas canciones en sonar como el muro de texturas que deberían ser sus tres guitarras. Después acompaño al personal a ver a Ghost y así confirmar por tercera vez lo poco que me interesan. Pese a una respetable propuesta musical, me supera el fervor que produce la parafernalia adolescente sin la que no encabezarían carteles. Tampoco entiendo bien qué hacen ocho músicxs sobre el escenario. No creo que su música, ni casi la de ningún grupo, necesite de tres guitarristas y dos teclistas, que se suman a un bajista, un batería y al cantante disfrazado de Joaquín Reyes disfrazado de Millán Astray.

Viernes 13

El viernes madrugamos para poder desayunar una pizza de pulpo y llegar a tiempo para ver a tres de los grupos que más nos gustan del festival: Boneflower, Santo Rostro y Trono de sangre. Cuando terminamos de ver la descarga de intensidad de Boneflower nos enteramos de que se han movido los horarios y nos hemos perdido a Santo Rostro. Putadón, pero el desagravio comparativo con las primeras noticias que nos llegan de las colas y aglomeraciones del Mad Cool frente a la tranquilidad que hay en el recinto del Resu. Nos acercamos hasta donde están tocando Virgen que, pese a la poquita gente congregada, lo dan todo. El cantante incluso llega a bajar entre el público para provocar que se levante el ambiente.

Seguidamente salen Trono de sangre al Chaos Stage. Nunca nos cansamos de su propuesta y no nos cansamos de recomendarlos con el objetivo de que consigan el reconocimiento que se merecen. Lo contrario es lo que sucede con los grupos con más parafernalia. Rise of the Northstar cada vez acumulan más: kimonos, caretas, mechas californianas… y el recinto empieza a llenarse para verlos. Escucharlos será tarea casi imposible pues el sonido es una bola de graves donde apenas se puede distinguir nada, en especial las guitarras. De largo el concierto que peor sonó este año. Menos mal que nos desquitamos con The Wizards y el sonidazo de sus riffs. Nivelazo. Lo mismo podemos decir de Niña Coyote eta Chico Tornado. La potencia de este dúo es infinita, como las veces que los hemos visto sin cansarnos. Como tampoco se cansaron de saltar lxs niñxs de Resukids que subieron al escenario a escuchar su versión de “Killing in the Name”.

Hora de cenar y coger fuerza para ¿Megadeth?¿Scorpions? No. Para Monolord, uno de mis cabezas de cartel. Otros de los que no nos cansamos y eso que los acabamos de ver en el Hellfest. Llega la hora del descubrimiento del festival: Turnstile. Situados en el Chaos Stage y provenientes del hardcore, proponen algo diferente y especial. No solo por lo heterodoxo de gran parte de su sonido y por su estética, también por la actitud que desprenden. Toca investigar y seguirles la pista. Tras ellos toca una ración más de Crowbar, que nos deja listxs para irnos a la cama. Los damnificados son Sick of it All, amor eterno, y God is an Astronaut. Bueno, lxs damnificadxs somos nosotrxs por perdérnoslos.

Niña Coyote Eta Chico Tornado

Sábado 14

La última jornada la empezamos directamente con uno de los cabezas de cartel. Suenan sirenas nucleares, salen Prophets of Rage, puño en alto y a funcionar. Suenan “Testify”, “Take the Power Back” y “Heart Afire”, tema recentísimo. Lo que empezó como un super grupo para hacer campaña anti-Trump, se ha acabado consolidando con un EP, un LP el pasado año y la cosa parece que no para. La verdad es que no sorprende que la cosa funcione, no son los 90 pero la música y mensaje de Rage Against the Machine siguen vigentes. Sorprende más que Chuck D de Public Enemy y B-Real de Cypress Hill, ya entrados en edad, estén a un nivel superior que lo que pudimos ver de ellos hace más de una década.

Cómo estarán las cosas por U.S.A. para que hasta en Viveiro fuese una constante la oposición a las políticas del presidente Trump. De nuevo el grupo se dirige al público en español y Tom Morello le da la vuelta a su guitarra para que podamos leer “Fuck Trump”. El setlist es un megamix de temas de R.A.T.M., popurris de Cypress y Public Enemy y temas propios de Prophets of Rage, aunque también suenan brevemente Audioslave e incluso House of Pain. No faltan los duelos de scratches entre la guitarra de Tom Morello y DJ Lord. Para terminar, una vez más suena “Killing in the Name”, esta vez la más legítima de todo el festival e invitan a subir al escenario a Frank Carter que está entre el público. El líder de los Rattlesnakes, eufórico cómo mínimo, lo da todo cantando y acaba lanzándose al público desde el escenario.

Frank Carter

Enfilamos la recta final con los últimos pogos salvajes del festival durante The Bronx. Además quedan todavía dos platos fuertes. Los primeros se presentan así: “Somos Stoned Jesus y vosotros probablemente gente que odia a Kiss”, no están desencaminados pero lo cierto es que hemos venido a escuchar sus riffs stoner y verles por mérito propio. El trolleo a Kiss, o a nosotrxs, no acaba y a mitad del concierto tocan “I Was Made For Lovin’ You” en plan acústico. Y, para despedirnos de la decimotercera edición del Resurrection, elegimos a unos Eyehategod más paradetes que de costumbre que también agradecen a Kiss por haberles teloneado.

 

Get The Shot

Hellfest 2018

Hellfest 2018
22-24.06.2018, Clisson
Redactor: R13
Fotógrafa: Aldara ZN

 

VIERNES 22 DE JUNIO

Acudir a un festival de música en el que tocan 160 grupos en tres días es como leer un libro de “Elige tu propia aventura”. Hay que tomar decisiones, cometer errores y hacer sacrificios. También se puede hacer algo de trampa y mirar qué hay en la página elegida sin soltar de la que venimos por si nos conviene tomar otra dirección.

Normalmente al principio de la jornada no hay que tomar decisiones muy arriesgadas. En este caso teníamos la opción de empezar tranquilamente viendo a Mos Generator o madrugar un poco más y ser despertados por la bofetada sónica de Fange. Como no tomo café, me decanto por lo segundo. Surge efecto. Por suerte no hay que sacrificar a los majetes de Mos Generator, que tocan seguidamente en uno de los Mainstages. Es el momento de comprobar las novedades logísticas del Hellfest que tanto nos gustan. La primera es el empedrado de la parte más cercana al escenario, evitando así tener que elegir entre un eterno ciclo de destrucción-replantado de césped o la clásica polvareda. La segunda es un aumento significativo de las pantallas de vídeo. Muy rico.

Sin ningún rubor, empezamos con las trampas y dividimos el ya breve espacio de media hora por grupo para poder picotear más variado, equilibrado y sano. Nota mental: En la crónica del Hellfest 2019 usar la metáfora de un buffet libre de comida. Así que un ratito para Bukowski y su rock comercialete con toques stoner y otro para Sons of Otis y su stoner lentorro. Lo mismo pasa con el sonido cristalino de Tesseract y la mugre de Dopethrone.

Una de las cosas que más me gustan del Hellfest es que la mitad de los escenarios están cubiertos por carpas. Por su diseño, limitan bastante el sol y eso mola no solo por poder huir del calor sino porque puedes disfrutar mejor del diseño de luces de los grupos. Pero en el caso de Celeste no se puede hacer milagros. Su propuesta habitual es oscuridad absoluta exceptuando los frontales rojos que lleva cada miembro del grupo. En esta ocasión lo sustituyen por un muro de humo y barra libre de luces estroboscópicas.

En esta edición ha habido una importante migración de grupos de los escenarios Valley y Warzone, los predilectos de Rockodrome, hacia los Mainstages. Esta decisión tiene sus pros y sus contras. Por un lado implica, teóricamente, más grupos que me pueden gustar. Por otro lado y sin contar posibles solapamientos, la gran desventaja es que, como vemos con Converge y Meshuggah, la experiencia es menos intensa. Perdemos cercanía con las bandas y calidad de sonido comparado con los escenarios pequeños que son impecables.

Ahora toca siesta para coger fuerza para última hora y el concierto más importante de esta edición. Cuando volvemos al recinto nos encontramos con unos Eyehategod haciéndolo muy serio delante de relativamente poca gente. Al acabar, nos acercamos a ver a Bad Religion que, como Refused, tienen el síndrome del punk mayor y salen al escenario de traje. Pero ni la edad ni los trajes les impiden descargar el punk rock que llevan haciendo desde hace casi cuarenta años. Llega el momento de ir a coger sitio a la zona mainstream. La espera nos la ameniza Judas Priest y los cambios de chaqueta, literales, de su frontman Rob Halford. Para lo poco que me han interesado siempre, no está mal la cosa. Tampoco falta el numerito de salir en mochillo al escenario. A lo mejor me acaban gustando de aquí a que se terminen de retirar.

Al tardar Judas más de lo debido en terminar, literalmente lo digo también, el concierto de A Perfect Circle empieza precipitadamente. La base electrónica de “Counting Bodies Like Sheep to the Rhythm of the War Drums” solo suena por monitores y tarda medio minuto interminable en sonar para el público. La cosa mejora pero no todo lo deseable. El concierto entero transcurre a un volumen bajo, especialmente las guitarras de Howerdel, que no permite entrar de todo en él. Al menos la voz de Maynard suena impecable. La mitad del setlist se centra en su nuevo disco, algo que, pese a tener buenos temas, puede ser excesivo cuando solo se cuenta con una hora y llevas tantos años sin girar por Europa. Además se permitieron el lujo de tocar “Dog Eat Dog” una versión de AC/DC que no me puede interesar menos. En definitiva, un concierto en el que fue difícil entrar, lástima que más difícil sea ver ya a ciertos grupos además de en festivales en entornos más propicios como los de una sala.

SÁBADO 23 DE JUNIO

Empezamos el día con el stoner medio doom o el doom medio stoner de Monolord. Los descubrí en la edición del 2016 y este año tampoco me los podía perder. Una lástima que sigan estando en la zona de conciertos de media hora porque supo a poco. Empezamos con el tiquitaca entre los escenarios Valley y Warzone, ahora toca el turno a Get The Shot, banda canadiense de hardcore al uso con equis en las manos. Todo bien, muy potentes. Vuelta al Valley para ver a Jessica93, la presencia de bandas francesas aumenta cada año y muchas de ellas son bastante interesantes. En este caso nos encontramos con una banda de rock alternativo y ritmos machacones. No solo de stoner vive el Valley, un escenario que funciona como un cajón de sastre para el festival. Por mí bien.

Vuelvo a la Warzone haciendo el moonwalk. He recorrido tantas veces este camino que puedo hacerlo de espaldas y sin tropezarme con ningún árbol ni ningún borracho durmiendo a la sombra. Mentira, pero molaría. Otra ración de hardcore contundente es la que nos ofrece la joven banda Knocked Loose. Vuelta al escenario stoner, esta vez sí, donde nos espera 1000mods y, aunque pese a la calidad del grupo, sorprendentemente mucha gente. Parece que a a las dos de la tarde a todo el mundo le gusta el stoner. Sobre todo si es bajo la sombra de una carpa.

Tras la comida y la ya tradicional siesta, volvemos para ver un buen show de Terror. Acertado setlist lleno de temazos, repasando todos sus discos ahora que el último tiene ya un tiempo. Aprovechan para anunciar la inminente salida, en otoño, de su séptimo disco “Total Retaliation” e invitar a cantar “Keep Your Mouth Shut” al cantante de No Turning Back. Si no hay una polvareda infernal es solo porque también la zona de guerra de la Warzone ha sido adoquinada.

Como toca coger sitio para Deftones, vemos a Body Count escorados desde el otro Mainstage. La cosa se pone gangsta porque además vemos un par de peleas. Empiezan con el tema más versionado de la historia del metal: “Raining Blood”. Para ya seguir con sus propios temas clásicos y nuevos, puesto que su último disco, contra todo pronóstico, es especialmente lúcido y contiene varios temazos como “Black Hoodie”. Para finalizar cuentan con la colaboración en “Cop Killer” del solicitadísimo Sen Dog de Cypress Hill, que también tocará en el festival con su otro grupo Powerflo y saldrá a cantar con Deftones un mashup entre “Engine No. 9” y “How I Could Just Kill a Man”.

Empieza lo de Deftones y pese a no estar en el 98 ni sonar muy allá, la supervivencia en las primeras filas se hace complicada. Los de Sacramento deciden tirar por un show bastante cañero y old school adaptado al nivel de metaleo del Hellfest. Se centran en sus tres primeros discos sin olvidar los mejores temas de los recientes. Como tampoco me está cambiando la vida, me pone fácil el dilema y después de unas cuantas canciones me voy a mi zona de confort donde Dead Cross ya han empezado. Ni punto de comparación la calidad de sonido y la contundencia que podemos ver durante todo el concierto, uno de los mejores de esta edición del festival. Al frente de este supergrupo tenemos a Mike Patton con su atril y su megáfono como si fuera un interprete de música clásica enloquecido. A su escaso repertorio, solo un EP y un LP, le añaden unas cuantas versiones de Bauhaus, Dead Kennedys, The Stooges y, otra vez, “Raining Blood” de Slayer. En serio, basta ya. Se perdona por la legitimidad de contar con Dave Lombardo, que grabó las baterías del tema original, y porque rápidamente se fusionó con “Epic” de Faith No More.

Para acabar la noche de buen rollo nos quedamos a ver una vez más a Neurosis y a Hatebreed. Neurosis son un estado mental, esta vez si es una metáfora, el mejor momento del concierto es la tamborrada de “Through Silver in Blood”. Con Hatebreed no hay lugar para metáforas de ningún tipo. Canciones y letras directas. Con especial atención a sus dos primeros discos por estar de aniversario.

DOMINGO 24 DE JUNIO

El último día lo afrontamos desde la brevedad para llegar con toda la energía a lo que consideramos nuestro segundo cabeza de cartel: Amenra. Empezamos directamente con Nebula. Buen stoner tranqui que genera menos expectación que 1000mods pese a provenir de las entrañas de Fu Manchu. Tras ellos, en el mismo Valley, es el turno de Zeal & Ardor. Sin duda uno de los mejores conciertos de esta edición del Hellfest. Su propuesta en directo procura una especial atención a las voces, pues sin duda es en el canto espiritual negro y no en el black metal donde reside la potencia del grupo. El cantante, Manuel Gagneux cuenta con un micro distinto para que los dos marcados estilos de su voz suenen al nivel y ecualización adecuados, además está respaldado por dos coristas que permiten reproducir, e incluso dar más profundidad, a lo grabado en el estudio.

Aunque no es lo nuestro, en un par de ocasiones nos acercamos a ver el microfestival de hard rock escandinavo que se ha montado en la Warzone. Backyard Babies, Gluecifer, The Hellacopters y Turbonegro. Lxs amantes del rollo tienen que estar encantadxs. Para nosotrxs, otro de los mejores conciertos fue el de Baroness. Debido a una emergencia familiar, su batería tuvo que regresar a casa esa misma mañana. Pese a las dudas, las inseguridades y los nervios, Baroness deciden no cancelar e improvisar un show acústico especial. La respuesta del público no se la esperan, llenazo de la carpa y conexión total que convierten una situación amarga en una ocasión única. John Baizley y Gina Gleason no dejan de demostrar la emoción y la gratitud que sienten con un público que, en ocasiones, convierte sus palmas en el batería ausente.

No sé si el Hellfest se está convirtiendo en un festival familiar o si siempre lo ha sido pero me estoy dando cuenta al merodear más este año por la zona de los Mainstages. La zona del público durante el concierto de Alice in Chains es una estampa poco rockera: tumbonas, puffs hinchables, la noria y una extendida actitud de resort canario con pulsera de todo incluido en lugar de la de un festival. Otra cosa peculiar es la ingente cantidad de camisetas de Metallica, teniendo en cuenta que no tocan. Deben rondar el 50% si no contamos las del propio festival. Ah, Alice in Chains bien.

El momento final y cumbre del festival es el concierto de Amenra. Uno de los grupos más interesantes y potentes de la actualidad. Por suerte y por desgracia, muchxs no lo saben y están viendo a Marilyn Manson arrastrarse en el escenario principal. Los conciertos de Amenra son una experiencia en la que desconectar la consciencia y disfrutar del su desgarrador sonido. Por eso sería un error estar pendiente de lo que contar posteriormente en esta crónica.

En los festivales soy partidario de terminar cada noche en alto. Suelo irme a dormir tras los conciertos más especiales, sin ver otros que puedan disminuir las buenas sensaciones. Pero el caso es que de camino a la tienda de campaña nos cruzamos con Carpenter Brut, uno de los tres grupos que cerraban el festival, nos dejamos arrastrar y acabó siendo brutal. Record del festival de crowdsurfing por minuto. Llegando a estar tan saturado el espacio aéreo que me crucé con una persona avanzando hacia el escenario a gatas. Desfase total que culminó con “Maniac”. Nadie diría que un festival llamado Hellfest iba a cerrar su decimotercera edición con la música de Flashdance.

Democrazy - 14.06.2018, Madrid

Democrazy | 14.06.2018, Madrid

Democrazy
Fecha: 14.06.2018
Lugar: Sala Caracol, Madrid
Organiza: Panda Artist Management
Texto: R13
Fotos: Aldara ZN

 

Suena una potente base rítmica de aroma reggae que obliga al telón a abrirse. Tras él, están Ramiro y Andrés, a la batería y el bajo. Tras unos compases, cuando ya le hemos cogido el gusto, sale Eva para añadir sus teclados a la mezcla. Poco a poco, se incorpora el resto de la banda: Javier Pedreira, el único que necesita presentación en el universo Hechos contra el decoro, junto a su guitarra; Angelo a la trompeta y, por último, micrófono en mano, Ruso.

Casualidad o premeditación, esta entrada progresiva de músicxs y música parece una declaración de intenciones. La banda parece dispuesta a empezar de (casi) cero y volver a crecer junto a un público que, a la vista de la asistencia, ahora está a otras cosas. Desde aquí, les deseo que puedan desarrollar todo su potencial.

Tras la introducción, la primera canción arranca con la voz de Eva que comparte protagonismo con la de Ruso. Un tema lento que sigue introduciéndonos gradualmente en la sintonía de Democrazy. Es una lástima, y no cambiará apenas durante toda la noche, que el buen sonido de la Sala Caracol en esta ocasión apostase demasiado por la contundencia sonora. Por ello y como es habitual, las voces ven reducido su espacio. Algo poco adecuado para un grupo de letras con tanta importancia, especialmente cuando lxs allí presentes, o al menos yo, esperábamos aprovechar el concierto como primera escucha del disco que no saldrá hasta septiembre.

Los temas se van sucediendo y comprobamos que la amplitud de estilos y registros a la que nos acostumbraron en su día sigue presente. Desde “Middle Class” con un estribillo con el que pocxs se atreverían hoy en día o “Metafísico” que describe un país de mierda, hasta las más suaves y melódicas “Unos se quedan, otros se van” y “En medio del fuego”, esta última con la colaboración de Paloma del Sol.

Seguidamente, Ruso se deshace en halagos para presentar al otro invitado de la noche: Javier Ruibal. La admiración que le muestra puede ser la responsable de la evolución letrística de Ruso. Los fragmentos sueltos que puedo entender me hacen pensar que ha tomado un camino menos directo para contar las cosas, recurriendo a imágenes. Un camino más personal y abstracto a la vez.

En cuanto a lo musical, con canciones como “1978”, la más rockera de su repertorio, “Desinventarnos” o “Esta vida” muestran su madurez como músicos. Recordando menos a Hechos contra el decoro que los numerosos grupos que bajo su influencia han tomado su relevo en este tiempo.

Tras una estricta presentación de lo que será su primer disco, que tendrá su correspondiente gira en otoño, llega el momento de un largo bis en el que reviven a Hechos. No pueden faltar “La llave de tu corazón” y “Un mundo donde quepan muchos mundos”, sus temas más conocidos. Pero a mí me emocionan especialmente “La apariencia” y “Qué te voy a contar”. Su vigencia es absoluta, y hoy pueden servir para ilustrar el momento de desencanto común con la nueva política. Cuestión en la que ahonda “Esta vida” de su nuevo disco.

Para despedirse, Democrazy hacen lo que muchas bandas noveles y vuelven a tocar su primer single “Middle Class”. Esperamos con ganas sus siguientes declaraciones de intenciones.

 

IRA + Machete en Boca | 01.06.2018

Llenazo en la sala Caracol (Madrid) para la presentación de «Rap Save The Queen», el último trabajo de IRA. A las cuatro integrantes de IRA les acompañó a los platos Kart Selekto y el grupo valenciano Machete en Boca fueron las encargas de abrir la noche. Algunas sorpresas acompañaron a IRA durante su actuación: desde las colaboraciones en formato voz como la de Masiva Lulla (Tribade) o la de Los Joselitos hasta la pole dancer Blanca Blonx. Aquí os dejamos las fotos de la noche:

IRA

 

MACHETE EN BOCA

 

Adamantia, Madrid, 24.03.2018

Adamantia + Phorceps | 24.03.2018

Adamantia + Phorceps
Fecha: 24.03.2018
Lugar: Sala Siroco, Madrid

El pasado 24 de marzo Adamantia ofrecían su primer concierto en la sala Siroco de Madrid con los madrileños Phorceps como teloneros.

 

ADAMANTIA

 

 

PHORCEPS

 

la otra (5)

La Otra & Las locas del co. | 09.03.2018

La Otra & Las locas del co. + Huntza
09.03.2018. Copérnico (Madrid)
Organiza: Totem Management
Redactor: R13
Fotógrafa: Aldara ZN

La noche arranca con Huntza, un grupo euskaldun de rock que integra instrumentos y sonidos del folklore como la trikitixa, el pandero y el violín.

Su propuesta es amable y bailable, y la sala, que ya está llena hasta arriba, responde bailando sin parar los temas más animados como “Beste bat“ o “Herri Unibertsitatea”.

No pueden falta los dos temas de su último single “Lumak”. Por un lado el emotivo “Elurretan” y el contrapunto de “Zer izan” en el que podemos escuchar grabadas las voces de Mafalda y Tremenda Jauría.

Para acabar el concierto, Josune con su triki y Aitor con su violín bajan a tocar entre la gente, que les rodea para echar el último baile con “Aldapan gora”.

Como ya hemos dicho antes, la sala está a rebosar para ver a los dos grupos y se nota cierta emoción contenida durante la esperan para que salga La Otra a presentar “Creciendo”.

Sustentada sobre la base musical que pondrán durante todo el concierto Las locas del co., La Otra recita la “Intro” de “Creciendo”, que da paso a “Pa’ fuera y pa’ dentro” el tema que daba nombre a su primer disco.

la otra (0)

El regusto reggae de “Madriz” es uno de los sonidos dominantes de la noche, que se entremezcla con otros como el jazz, o la bossa de “Ya fue” que la banda se lleva a su terreno cuando y como quiere.

La primera colaboración de la noche es la voz de María Ruiz en “Aprenderé” con su especial cadencia para encadenar las palabras de la letra. Entre canción y canción, La Otra las comenta, ironiza e incluso se confiesa con una mezcla de timidez y descaro, que forman su personal carisma del que es el máximo exponente la canción “Se quemó”.

Lo siguiente es un bloque de temas de “Creciendo” más introspectivos como “Donde duele”, “La lluvia” o “Perdóname” y que acaba con La Otra sola en el escenario cantando “Te prometo”, una canción que le escribió a su abuela.

Sin dudarlo, el momento más emotivo de la noche sucede durante “Contigo”, con todas cantándola a una, en especial la proclama “Te quiero libre”. Para bajar un poco la intensidad tocan “Respirar”, en la que sale a colaborar Eva Sierra, “Aprender a volar” y “Tiempo”.

La recta final de la noche es una triple declaración de intenciones: sobre el presente con “La otra”, futuro en “Otro viaje” y el pasado de “Que me quiten”.